El club, considerado como la entidad social más conocida de Cataluña en el exterior, ha cumplido a lo largo de su historia, para muchos aficionados, una función representativa de defensa de los valores catalanistas, que el club ha defendido públicamente en múltiples ocasiones, como apunta el periodista inglés Jimmy Burns en su libro Barça, la pasión de un pueblo. El club siempre se ha significado por actividades y gestos en defensa de la cultura y la lengua catalana, la cual ha sido la lengua oficial de todos los documentos del club, salvo en los años de dictadura franquista. Excepto en ese mismo período, el capitán del equipo siempre ha lucido igualmente la bandera catalana como brazalete distintivo. El club, además, también se ha manifestado formal y públicamente en apoyo de las reivindicaciones de mayor autonomía para Cataluña y firmó manifiestos de apoyo a los estatutos de autonomía tanto en 1931 como en 1979 y 2005.
Esa trayectoria de defensa de los valores catalanes fue reconocida el 21 de diciembre de 1992 cuando la Generalidad de Cataluña, presidida por Jordi Pujol, le otorgó el Premio Cruz de San Jorge, la máxima distinción que otorga el gobierno de Cataluña.[21]
Algunos historiadores y ensayistas, como Manuel Vázquez Montalbán, llegaron a apuntar que, para muchos catalanes, el F. C. Barcelona cumple en Cataluña el papel sustitutorio de la selección catalana en el concierto internacional, a pesar de la larga tradición de deportistas españoles de origen no catalán y de extranjeros que ha tenido el club.[22] Estos ensayistas apuntan que ése es uno de los motivos por los que el club barcelonista cuenta con equipos en tantas disciplinas deportivas diferentes como el baloncesto, balonmano, hockey sobre patines, atletismo, voleibol, etcétera.
En esa línea, cabe anotar que el F. C. Barcelona se ha manifestado públicamente en favor del reconocimiento internacional de las selecciones deportivas catalanas. En los últimos años no sólo ha promovido la organización de partidos amistosos entre la selección de Cataluña y otras selecciones internacionales como Brasil o Argentina, sino que ha cedido gratuitamente sus instalaciones como sede de los encuentros y ha prestado a todos sus deportistas. Además, el club ha firmado manifiestos públicos en favor de la causa. Durante la presidencia de Joan Laporta, él mismo y algún jugador como Oleguer participaron en una campaña publicitaria de la Plataforma Pro-Selecciones Catalanas que, bajo el eslogan «una nación, una selección», ocupó espacios publicitarios en una gran cantidad de medios de comunicación escritos y audiovisuales de Cataluña.
A pesar de su vinculación con ideas catalanistas, el club ha contado siempre con gran cantidad de aficionados e incluso socios en toda España, atraídos por los valores deportivos del club. Algunos historiadores, sin embargo, han apuntado que, además de la admiración por los valores deportivos, muchos aficionados españoles simpatizaban con el Barcelona al ver en el club catalán la alternativa al «centralismo político» con el que identificaban al Real Madrid, especialmente durante los años de la dictadura franquista. Fue en aquellos años cuando se acuñó la frase de que el F. C. Barcelona era «más que un club» (en catalán, «més que un club»), que se convirtió en el eslogan más conocido de la entidad.[23]
Por otra parte, y como han apuntado diversos historiadores, el club también aglutinó, especialmente durante sus primeras décadas de vida, a los simpatizantes del republicanismo. Desde principios del siglo XX diferentes hechos apuntan la complicidad de los dirigentes del club con los ideales republicanos. Cabe hacer notar que, a diferencia de la mayoría de clubes españoles de la época, el Barcelona nunca solicitó el reconocimiento de la monarquía española ni la concesión del tratamiento de «Real».[cita requerida]
El momento de mayor distanciamiento entre el club y la monarquía española tuvo lugar bajo el reinado de Alfonso XIII y durante la dictadura de Primo de Rivera. En el estadio de Les Corts, los aficionados del Barcelona habían manifestado críticas a la dictadura y exhibido algunas pancartas contra el régimen. Finalmente, el 14 de junio de 1925 los 14.000 aficionados del estadio abuchearon la Marcha Real, interpretada por una banda de música. Días más tarde, el Capitán General y Gobernador Civil de Barcelona Joaquín Milans del Bosch dictó una orden que clausuró el estadio durante seis meses y obligó a dimitir a Hans Gamper como presidente del club y a exiliarse a Suiza durante una temporada. La orden de clausura del estadio justificaba la medida indicando que «en la citada sociedad hay personas que comulgan con ideas contrarias al bien de la Patria», como recoge el historiador Jaume Sobrequés en su obra FC Barcelona, Cien años de historia. Fue la sanción más dura que ha recibido el club en toda su historia. Como señala el propio Sobrequés, el punto culminante del compromiso del club con los principios republicanos tuvo lugar a partir de 1931, cuando se proclamó la Segunda República Española y, sobre todo, a partir del inicio de la Guerra Civil española cuando, en 1936, el F. C. Barcelona se convirtió voluntariamente en «Entidad al servicio del gobierno legítimo de la República».
Tras el restablecimiento de la democracia en España en 1977, el club ha ido perdiendo esa connotación política. Normalizó sus relaciones con la corona española y en diversas ocasiones expediciones formadas por dirigentes y deportistas del club han ofrecido sus trofeos en el Palacio de la Zarzuela. El noviazgo y posterior matrimonio de la Infanta Cristina con el jugador de balonmano del F. C. Barcelona Iñaki Urdangarín hizo frecuente a finales de los años 1990 y principios de los años 2000 la presencia de miembros de la Familia Real Española en el Palau Blaugrana, incluido el Rey Juan Carlos I. El último gesto de complicidad entre el club y la Casa Real tuvo lugar el 17 de mayo de 2006, con motivo de la final de la Liga de Campeones de la UEFA 2005-06, cuando los Reyes acudieron a París para mostrar su apoyo al conjunto azulgrana y, concluido el encuentro, bajaron al césped a felicitar a los jugadores del equipo junto al presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, declarado seguidor del conjunto barcelonista, y el presidente de la Generalidad de Cataluña Pasqual Maragall.
En el terreno religioso, y pese a que el fundador del club, Hans Gamper y sus primeros dirigentes eran protestantes, el club adquirió a partir de los años 1940, tras la Guerra Civil española, un carácter marcadamente católico. Fueron habituales las ofrendas del club al Monasterio de Montserrat, e incluso el estadio del Camp Nou cuenta con una capilla junto a los vestuarios, con una reproducción de la Virgen de Montserrat. En 1982, el papa Juan Pablo II recibió el carné de socio número 108.000 del club, con motivo de una misa multitudinaria que ofició en el Camp Nou.
En los últimos tiempos el club se ha significado por sus gestos solidarios. A principio de los años 1980 ya organizó un partido amistoso en beneficio de Unicef, en el que el Barça se enfrentó en el Camp Nou al equipo Human Stars, una selección de los mejores futbolistas del mundo. A mediados de los años 90 volvió a repetirse la experiencia. También en esa década el club se implicó en la lucha contra la droga, organizando diversos partidos en colaboración con la Fundación de Ayuda contra la Droga, cuyos beneficios se destinaron al Proyecto Hombre.
Con la llegada de Joan Laporta a la presidencia, el club manifestó su intención de incrementar su implicación en causas sociales, expresando el deseo de que el club sea reconocido mundialmente por su talante solidario. En ese sentido, a finales del año 2005, el F. C. Barcelona organizó un partido amistoso en el Camp Nou ante una selección conjunta de jugadores israelíes y palestinos, que por primera vez compartieron equipo. En los últimos años el club ha firmado diversos acuerdos de colaboración con ONGs, dando ayudas económicas para el desarrollo de países en vías de desarrollo.
El club destina el 0,7% del presupuesto anual a la Fundación Fútbol Club Barcelona, encaminada a proyectos humanitarios.[24] A partir de 2006, el club se comprometió a realizar una donación no inferior a 1,5 millones de euros a Unicef, para que ésta lo destine a mejorar las condiciones de vida de los niños de todo el mundo. El primer proyecto conjunto de ambos organismos estuvo destinado a los niños víctimas del SIDA en Suazilandia.[25] Además, puso el nombre de la organización en el espacio central de su primer equipaje, siendo la primera vez que lucía publicidad en las camisetas del equipo de fútbol.
El 13 de diciembre de 2008, coincidiendo con la disputa del clásico, el club inició la emisión de su canal de televisión Barça TV de manera gratuita en TDTGrupo Godó.[26] El canal temático del club se creó hace casi una década y continúa sus emisiones en la modalidad de pago para el resto de España. para toda Cataluña fruto de un acuerdo con el
Masa social
Una de las principales características distintivas del F. C. Barcelona es su naturaleza jurídica: es uno de los cuatro únicos clubes profesionales de España (junto a Real Madrid, Athletic de Bilbao y CA Osasuna) que no es una Sociedad Anónima Deportiva (SAD), conservando desde sus orígenes su carácter de asociación deportiva sin ánimo de lucro, cuya propiedad recae en sus socios. En este sentido, el órgano supremo de gobierno de la entidad es la Asamblea y los socios eligen al presidente por sufragio universal directo.[27]
En septiembre de 2009 el F. C. Barcelona registraba 170.000 socios, una cifra que le sitúa como el segundo club de fútbol con más asociados del mundo, por detrás del SL Benfica -con 1.000 afiliados más- y por delante del Manchester United.[4] Así mismo, es también el club español con más abonados: 86.314 en agosto de 2009, por delante de los 70.000 del Real Madrid.[28]
El 13 de abril de 2010, el F.C. Barcelona comenta en su web, mediante una noticia y en su Revista oficial FC Barcelona Abril-Mayo del 2010-Número 44 página 3 que ha alcanzado los 175.000 socios.[3]
Peñas
El FC Barcelona es uno de los clubes con mayor actividad peñística del mundo; en enero de 2009 contaba con 1.054 peñas oficiales, repartidas por los cinco continentes.[29]
Las primeras agrupaciones de hinchas barcelonistas se registraron en los años 1920 y 1930. Al no figurar en ningún registro, no existe constancia de cual fue la primera de estas peñas, si bien los historiadores suelen apuntar como tal a la Penya Esquerra, creada en 1923[30] en el Izquierda Bar, de la calle Aribau de Barcelona.[31] La Mosca, All-i-oli, Colón, La Escombra, Continental o el Casal Barcelonista son otras de las peñas pioneras, junto con la Peña Sagi-Barba y la Peña Els Tres (homenaje a Piera, Sastre y Samitier), que son las primeras dedicadas a jugadores barcelonistas. Todas ellas desaparecieron durante la Guerra Civil Española.[32]
La primera peña del F. C. Barcelona legalmente constituida llevaba el nombre del bar Solera, donde fue creada en 1944 bajo el impulso del ex jugador Josep Samitier, junto con los entonces jóvenes Antoni Ramallets, Mariano Martín, César Rodríguez y Gustavo Biosca, que posteriormente defenderían la camiseta del primer equipo azulgrana. La Peña Solera adquirió su impulso definitivo poco después, con la llegada de Nicolau Casaus, quien abrió varias delegaciones de la misma en otras localidades catalanas. En 1972, bajo la presidencia de Agustí Montal, tuvo lugar la primera Trobada Mundial de Penyes Barcelonistes, un encuentro que se ha celebrado anualmente desde 1977.[33] En ese momento, el número de peñas rondaba las 150, cifra que sufrió un crecimiento exponencial durante los años 1980, superando el millar a finales de la década de 1990.